viernes, 27 de noviembre de 2009

Pienso

Hoy desperté pensando en Jimena y Claudia, pues había soñado con ellas. Luego, después de pensar cuánto tiempo más dormiría, leí unos mensajes que llegaron durante la noche y que me hicieron sonreír. Pensé entonces, que a pesar de ser jueves, probablemente no sería un día tan malo como creía.


Estuve listo para salir de mi casa cuarenta minutos después, y paré un taxi pensando en lo caro que me estaba costando salir tarde todos los días. Al llegar, me bajé del carro y atravesé el estacionamiento de la universidad corriendo, tome aire y empuje la puerta del salón mientras pensaba que era un descarado completo por llegar tarde cada sesión.


Terminé clases y salí con Robersson hacia el centro comercial Arenales; llegué, jugué, me encontré con Claudia, la besé, me despedí y regresé a la universidad. Pensando en todo y en nada, pero siempre pensando.






Vi el partido final de la copa UP y celebré el gol de Pipe como nadie, volví a entrar a clases y al salir caminé hacia el parque donde pensé que mi enamorada estaría. Me senté a su lado, la abracé, la volví a besar y le hablé de banalidades. Cuando la conversación empezó a lindar una gravedad indeseada, pensé que lo mejor sería posponerla y me fui.


Llegué a mi casa pensando que el helado de lúcuma que comía sería mucho mejor si le agregaran mucho fudge y subí una a una las escaleras creyendo erróneamente que con eso compensaría las calorías consumidas. Hablé con mamá acerca de mi futuro, y llegué a creer que le diría que pensaba cambiarme de carrera, aunque no lo hice. Prendí la laptop pensando escribir, sin parar, el libro que me llevaría a la fama y me garantizaría el dinero de mi jubilación prematura; pero lamentablemente, empecé a chatear y escuchar música impulsivamente; leer mis correos una y otra vez y hasta jugar buscaminas; dibujar en paint y organizar mis carpetas. Empecé a hacer de todo, menos escribir.


Así llega el final del día y; cuando estoy a punto de apagar la computadora, abro el Word como en trance, posiciono mis manos sobre el teclado y empiezo a buscar palabras, frases, ideas. Al cabo de un rato, me doy por vencido y suelto un suspiro exhausto.


Entonces me doy cuenta que pienso demasiado las cosas.


“No busques un tema para escribir, crea uno al hacerlo” pienso.


Y empiezo a recordar lo primero que me pasó en el día y lentamente mis dedos empiezan a golpear con más fuerza las teclas negras de mi Pavilion dv2000; a medida que avanzo mi cerebro va hilvanando las ideas más rápido.


Entonces, al llegar a este punto, leo todo y pienso que mi vida no es tan interesante como creí, que mi opinión de las cosas tergiversa sus naturalezas, que mi creatividad necesita ser más radical.


Pienso que lo único que hago bien es pensar.

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